Un pequeño terreno, por sencillo que sea, además de proteger cualquier maqueta sirve para realzarla e integrarla en un ambiente real, dándole vida propia.
Realizaremos un terreno bastante simple: un camino rural rodeado de pequeña vegetación. Será ideal para cualquier vehículo de ruedas o cadenas, grupos de figuras o animales.
LA BASE
Una vez tengamos la base adecuada a las dimensiones de la maqueta o escena, y después de proteger los bordes con cinta de enmascarar, para evitar que se manchen, comenzaremos a extender cola blanca sobre su superficie, sirviéndonos para ello de una pequeña espátula, un trozo de plástico o cualquier útil que tengamos a mano.
Sobre la capa de cola blanca, que nos asegurará la fijación de la base, pondremos una gruesa tira de masilla o pasta de modelar. Presionando con los dedos extenderemos la pasta hasta llegar a los bordes de la base. Con una cuchilla eliminaremos la pasta sobrante.
Substitutos...
En lugar de masilla podemos utilizar pasta de papel, pasta de madera o incluso "Aguaplast"
Empezaremos trabajando sobre el centro del camino, dejando los márgenes para el final, aunque puede modelarse todo de una vez.
Después de extender la pasta, con los dedos humedecidos en agua haremos las depresiones producidas por el paso de vehículos, de modo que la parte central del camino quede más elevado y procurando que su superficie no quede uniforme.
A continuación daremos otra mano a pincel de cola blanca disuelta en agua y colocaremos dispersas algunas piedras, para acto seguido esparcir minúsculas piedrecillas, arena gruesa y finalmente espolvorear arena fina, siempre de mayor a menor tamaño. Hay que procurar que no quede demasiado uniforme.
Seguidamente, colocaremos el vehículo o vehículos sobre el camino para comprobar su adaptación al relieve, el cual podemos forzar presionando el tren de rodaje, eso sí, con el vehículo no pintado todavía, sobre la pasta aún fresca. En el caso de que alguna de las ruedas o tren de rodaje quedase colgando en el aire, pegaríamos bajo éste una porción de masilla para asegurar su asentamiento correcto.
Tras retirar la maqueta, haremos las marcas que el vehículo habría ido dejando a lo largo del camino, presionando con una rueda o cadenas de alguna maqueta sobrante.
Finalmente, aplicaremos de nuevo cola blanca y pegaremos nuevas porciones de pasta para modelar las elevaciones en los márgenes del camino. Sobre ellos pegaremos algo de arena fina, dejando secar todo el terreno durante un par de días.
Tras el secado, daremos una capa de masilla o "putty" muy diluida en acetona para detectar posibles irregularidades. Dejaremos secar nuevamente unas horas antes de pasar a la fase de pintado.
PINTAR EL TERRENO
Añadiremos bastante color blanco a la mezcla base para dar luces y daremos algunas tonalidades oscuras con amarillo oscuro y color tierra. Para resaltar la textura emplearemos la técnica del pincel seco, dando una mano general con mezcla de amarillo caqui y gris plateado por las zonas correspondientes a las rodadas del camino.
En la zona central más elevada podemos utilizar una mezcla distinta (por ejemplo, amarillo caqui, carne y blanco) más oscura, y en los márgenes una combinación de tierra oscura y blanco.
A las piedras más grandes se les puede dar una mano de color marrón, sobre el que se distribuirán luces a pincel seco con blanco.
Seguidamente se darán algunos lavados de forma suave con un pincel plano y grande, trabajando por zonas y con distintos colores al óleo, como ocre, azul oscuro, verde claro o sombra tostada, aportando todo ello una gran variedad de tonos.
Aunque lo habitual es dar primero los lavados y luego trabajar a pincel seco, invirtiendo el proceso conseguiremos evitar contrastes exagerados y conferir una mayor armonía entre los diversos colores.
LA VEGETACIÓN
La vegetación en los dioramas o viñetas siempre ha supuesto un reto para los aficionados, pues conseguir un acabado realista parece difícil.
Para esta base hemos optado por un predominio de las hierbas altas, conjuntando varios elementos sintéticos y naturales, los cuales se fijaran al terreno con pegamento de contacto.
A escala...
Entre los elementos artificiales vamos a utilizar hierba alta, césped (entre 3 y
Para los elementos naturales empleamos gramíneas teñidas de verde, algo de musgo y líquenes recolectados en el campo, así como restos de algas aglutinados en forma de pelotas, que pueden encontrarse en zonas costeras.
Se corta uno de los extremos para alinear su superficie de apoyo y se aplica pegamento sobre esta superficie. Después se coloca este haz de "hierbas" perpendicular al terreno y en la zona deseada, abriendo ligeramente sus puntas con la ayuda de unas pinzas finas.
Si agrupamos varios matojos obtendremos una sensación de frondosidad.
En ciertas partes, para romper la monotonía de la hierba, pegaremos musgo natural, líquenes y alguna raíz pequeña, pero en mínimas cantidades.Después se distribuirán las gramíneas formando agrupaciones irregulares y dispersas. Alrededor de las hierbas que hemos pegado anteriormente, colocaremos matojos de hierba de
El césped, de unos 3 milímetros , y la gomaespuma triturada se utilizarán para suavizar la transición entre la vegetación y el terreno. En este último caso emplearemos como adhesivo cola blanca diluida en agua y distribuida a pincel, espolvoreando sobre ella ambos elementos de ambientación.
Sobre los filamentos de algas y la hierba artificial pulverizaremos con el aerógrafo color verde amarillento mezclado con verde mate para integrar todo en el entorno y eliminar brillos irreales.
Con esto daremos por terminada nuestra base.
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