miércoles, 10 de abril de 2013

CONSTRUIR UNA BASE

Seguidamente veremos cómo construir una sencilla peana o base apta para cualquier aficionado, útil para proteger y realzar nuestras maquetas terminadas.

Los materiales

Para construir una base o peana necesitaremos un tablero de madera, cola blanca, una moldura, un serrucho, un cajón de ingletes, pasta de modelar (pasta de madera, pasta de papel o incluso "Aguaplast") y una espátula o similar para modelar.

La moldura decorativa

Empezaremos por cortar a inglete (a 45º) uno de los extremos de la moldura. Escogeremos una moldura de color y que sobrepase en algunos milímetros el grueso del tablero de madera a fin de que no desborde la pasta que después aplicaremos para realizar el terreno.
Una vez cortado el primer extremo, situaremos la moldura en el lateral del tablero ajustando la parte interior del corte en la esquina.
Cortaremos siempre en primer lugar los lados más largos, ya que si nos equivocáramos podríamos aprovechar nuevamente la moldura para alguno de los otros cortes más cortos.
Marcaremos el lugar exacto del corte con un lápiz, teniendo en cuenta que la marca corresponderá al interior del corte.

Una vez hayamos cortado el otro extremo, ajustaremos nuevamente la moldura y comprobaremos si necesita alguna corrección. Para estos cortes utilizaremos un cajón de ingletes y una sierra de dientes finos. Repetiremos el proceso con el otro lado largo del tablero.
Según vayamos cortando y ajustando la moldura, iremos numerándola por su parte interior y anotaremos el mismo número en el lado del tablero que corresponda; así evitaremos futuros errores.
Seguiremos con el corte de uno de los lados cortos comprobando su ángulo con los anteriores; si es necesario repasaremos con una lija los ingletes hasta que encajen perfectamente. No olvidaremos hacer frecuentes comprobaciones y ajustes para que el ángulo del inglete quede lo más perfecto posible. Repetiremos el proceso con el último lado que queda.

Encolaremos las molduras por su parte interior y los laterales del tablero utilizando cola blanca o de carpintero.

Encajaremos cada moldura en su lugar correspondiente siguiendo las marcas que hemos realizado. Presionaremos con fuerza durante unos minutos. Repartiremos a lo largo de las juntas la cola que rebose, y dejaremos secar el conjunto sobre una superficie plana durante varias horas. Una vez seca, si queremos podremos reforzar la unión con unos pequeños clavos sin cabeza.
Ya seca la cola que une las molduras al tablero taparemos la parte superior de la moldura con papel adhesivo o papel de pintor para evitar que se manche mientras construimos el terreno sobre ella.

La base

Para la base depositaremos en cualquier recipiente desechable una cantidad suficiente de pasta de modelar, como puede ser pasta de madera, pasta de papel o incluso "Aguaplast", que nos darán una textura rugosa adecuada para el tipo de base que estamos preparando. Cómo estos tres productos mencionados tardan varias horas en secarse por completo, nos permitirán trabajar y rectificar durante cierto tiempo.

Ambos tipos de pasta tienen en su composición gránulos de cola blanca deshidratada. No obstante conviene siempre añadir algo más para conseguir una mayor consistencia y dureza.
Vertiendo un poco de agua en cantidad suficiente como para batir la mezcla para que quede con una textura similar a la de una papilla espesa. Batiremos bien la pasta hasta que desaparezcan los grumos que seguramente se formarán.

Depositaremos la pasta sobre la base ayudándonos de una espátula. La extenderemos cubriendo todas las zonas lo más uniformemente posible.
Una vez extendida podemos modelar la pasta con la misma espátula o también con un pincel de cerdas duras, creando en este momento las irregularidades del terreno que creamos oportunas.
Repasaremos también los bordes de la base, mejor con el pincel, por si hubieran quedado huecos sin rellenar, procurando no estropear las molduras.
Una vez bien seca la base pasaremos a pintar el terreno, mejor con colores al agua como acrílicos, témperas, etc.

LA PINTURA

En un recipiente o paleta verteremos una cierta cantidad de color sombra natural (marrón oscuro) diluyéndola con agua hasta conseguir una mezcla líquida pero que cubra.
Empezaremos a pintar el terreno depositando mayor cantidad de pintura en las grietas y oquedades, tanto más cuanto más translúcido sea el tipo de pintura que usemos.

Terminada de dar la primera mano de sombra natural esperaremos unos minutos para dar una segunda capa, más ligera, y únicamente allí donde pudiera necesitarse.
Tras la segunda capa será necesario dejar secar bien para poder dar un segundo color, en este caso un ocre claro. Este color se aplicará siguiendo la técnica del "pincel seco", de forma que se vaya depositando en las partes más prominentes del terreno. Para ello utilizaremos un pincel grueso, de punta plana y de pelo duro.

Daremos otras dos capas más, aclarando cada vez más el ocre claro con pequeñas cantidades de blanco. Dejaremos secar bien entre capa y capa para que no se mezclen.

Para terminar con el ocre daremos otra capa mezclándolo con bastante blanco y añadiremos un poco de amarillo para conseguir un color arena amarillento muy claro, casi blanco, que aplicaremos con la misma técnica del pincel seco.

Aún podemos dar otra última mano de color con un gris muy claro que obtendremos de mezclar blanco y negro, éste último en muy poca cantidad, y siempre siguiendo la técnica del pincel seco, con el que salpicaremos determinadas zonas de terreno para darle cierta sensación de polvoriento.

ÚLTIMOS TOQUES

Finalizado el proceso de pintura, previo lijado, podemos barnizar la moldura, con lo que obtendremos un mejor acabado general.

Al final obtendremos un vistoso resultado.

De lo más básico.
Esta base no tiene ningún elemento natural como pueden ser piedras o vegetación. Más adelante veremos ejemplos más completos y complejos.

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